Celebración

Celebración

Que salgan los fuegos artificiales, los payasos y los malabaristas (de los que juegan con el corazón). Tengo una sobredosis de adrenalina de tanto subir y bajar en esta gran montaña rusa que es mi vida. He notado como se me ha dado la vuelta al estómago y también resistirse a algún que otro ataque de cosquillas (aunque no siempre lo consigue). He puesto a prueba mi puntería jugando a dar en el centro de algún corazón. También a disparar en la diana para acabar con algún que otro capullo, aunque la mayoría de veces no lo consiga, para qué negarlo. Tengo en mi posesión uno de esos globos que siempre se acaban escapando para dejar una minúscula mancha de color en el cielo. He atado a él todos mis miedos, así que espero que nunca regrese… ¡Ah! No nos olvidemos de tomar un respiro para comernos un algodón de azúcar (a medias, eso sí) y que nos endulce la lengua, que está muy salada de tanto hablar (y cantar). Y emborracharnos de sonrisas. También de besos, por qué no. Y olvidarnos del tiempo, porque este parque de atracciones no entiende de relojes. Mi cuerpo y yo, hoy, estamos de celebración. Pero de las que se hacen por todo lo alto. Por cierto, estás invitado. Pero está prohibido bajarse de cada atracción. Skeeter