: Del pasado efímero

Del pasado efímero
Este hombre del casino provinciano

que vio a Carancha recibir un día,
tiene mustia la tez, el pelo cano, ojos velados por melancolía;
 bajo el bigote gris, labios de hastío,

 y una triste expresión, que no es tristeza,
sino algo más y menos: el vacío
del mundo en la oquedad de su cabeza.
 Aún luce de corinto terciopelo
chaqueta y pantalón abotinado,
y un cordobés color de caramelo,
pulido y torneado.
Tres veces heredó;  tres ha perdido
al monte su caudal; dos ha enviudado.

Sólo se anima ante el azar prohibido,
 sobre el verde tapete reclinado,
o al evocar la tarde de un torero,
la suerte de un tahúr,

 o si alguien cuenta
la hazaña de un gallardo bandolero,
 o la proeza de un matón, sangrienta.


 Bosteza de política banales
dicterios al gobierno reaccionario,
 y augura que vendrán los liberales,
 cual torna la cigüeña al campanario.
 Un poco labrador, del cielo aguarda
 y al cielo teme; alguna vez suspira,
 pensando en su olivar, y al cielo mira
con ojo inquieto, si la lluvia tarda.

 Lo demás, taciturno, hipocondriaco,
 prisionero en la Arcadia del presente,
 le aburre; sólo el humo del tabaco
 simula algunas sombras en su frente.


 Este hombre no es de ayer ni es de mañana,
 sino de nunca; de la cepa hispana
 no es el fruto maduro ni podrido,
es una fruta vana
de aquella España que pasó y no ha sido,
esa que hoy tiene la cabeza cana.

Antonio Machado.

4 comentarios:

  1. !!Buen poema!!
    Dicen q es una critica social q hizo machado de la decadencia de la españa de aquella epoca.

    Y este poema es pura dulzura:

    Anoche cuando dormía
    soñé ¡bendita ilusión!
    que una fontana fluía
    dentro de mi corazón.
    Dí: ¿por qué acequia escondida,
    agua, vienes hasta mí,
    manantial de nueva vida
    en donde nunca bebí?

    Anoche cuando dormía
    soñé ¡bendita ilusión!
    que una colmena tenía
    dentro de mi corazón;
    y las doradas abejas
    iban fabricando en él,
    con las amarguras viejas,
    blanca cera y dulce miel.

    Anoche cuando dormía
    soñé ¡bendita ilusión!
    que un ardiente sol lucía
    dentro de mi corazón.
    Era ardiente porque daba
    calores de rojo hogar,
    y era sol porque alumbraba
    y porque hacía llorar.

    Anoche cuando dormía
    soñé ¡bendita ilusión!
    que era Dios lo que tenía
    dentro de mi corazón.

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  2. http://www.youtube.com/watch?v=9HOpXnyPZiY

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  3. Los conceptos son de todos y se nos imponen desde fuera; las intuiciones siempre son nuestras.

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