: Tanta juventud... Tanta belleza... Tanta droga

Era  bellísima, joven y bellísima. Hoy, pasados unos cuantos años, la he vuelto a ver. Ya no es tan joven, ya no es tan bella.

Era bellísima, joven y bellísima. Hoy, pasados unos cuantos años, la he vuelto a ver. Ya no es tan joven, ya noes tan bella.

Deambulaba, haciendo el tiempo y para distrarse un poco, decidió acompañarme en mi paseo hasta el instituto. Y, entonces,
comenzó a hablar.

Parloteo sin cesar, como antiguamente, pero su discurso adolía de desesperanza... el jueves la ingresaban en una clínica privada de dexintoxicación para en primer lugar limpiar su organismo y más tarde, durante meses ingresaría en una clínica, para que como ella dijo, le enseñasen a vivir.

Lo había intentado en otras ocasiones, sola, con ayuda y en los
últimos tiempos en los que al menos su pareja lo había conseguido, siguió inténtandolo sin conseguirlo. Nota que es su última intentona... antes no podía porque a su alrededor se consumía. Reniega de estos siquiatras que no acaban de entender este mundo al decirle...
recupera tu vida, una vida que no tuvo.

Su pareja estaba más enganchado, hasta que como dice ella, un
día las dejó y de esto hace dos años.
Ella no fue capaz y cuando algún siquiatra la quiere animar
diciéndole que recuperé su vida anterior... se rebela y lo rechaza. Como va a recuperar una vida que no tuvo... desde la adolescencia consume, su vida joven y adulta, ahora 40 años, siempre la vivió y vió con drogas por medio. Reniega de estos siquiatras que no acaban de entender su mundo al decirle... recupera tu vida ... una vida que no tuvo.

Ahora consume sola, tiene broncas con su pareja, con su hijo... Lo intenta, lo razona, lo ve clarísimo, pero sin fuerza para dejarlo, o con algún tipo de debilidad mental que la impulsa a buscar la droga. 
La teoría la tiene muy clara y los arguementos tan flojos de este tipo de doctores no le ayudan. Ella pide, pide que le enseñen a vivir, una vida que nunca vivió.

Mi hijo crece, me decía, por eso de esta vez iba a conseguir,
pero no se lo cree. Ya que le queda muy poco al lado del chico. Pronto se independizaría y que cuando la ve mal, más bien lo nota por teléfono, le pide que no vaya a la gran casa en la que residen, que se quede en la ciudad  no quiere verla así. Y se queda en la ciudad, para que la movida sea mayor, la juerga más larga y las drogas más abundantes.

Todo esto ella lo sabe, lo razona, es quien me lo cuenta y hoy,
aún a sabiendas que no hará ningún efecto, le digo... hoy no hagas la despedida porque te ingresen el lunes. No, me contesta, como ya no puedo conducir, esperaré a que manden un coche a recogerme, tienen chofer y ante esta respuesta lo tuve claro... en esa espera comenzará otra gran despedida de las drogas y esperemos que acabe mejor que la última, ya que según ella, finalizó en la UVI.

Una chica, que a los quince años, era muy bella, muy inteligente
y llena de vida... a los 40, ya no es bella, si inteligente, esa misma
inteligencia que la hace sabedora de sus flaquezas y su debilidad, de ahí su desesperanza y que aunque el discurso de hoy era todo
muy razonado, ella no consigue salir de ahí.

Cuando se descubrirá porque unas personas caen en estas
dependencias imposibles de abandonar y otras, no. Algún
componente genético tiene que haber... muchos probamos lo
mismo, hicimos locuras y no acabamos totalmente dependientes.

Hay personas que se creen que los drogodependientes lo son porque quieren, que si de verdad quisiesen dejarlo lo harían. Cuando estas con drogodependientes como mi bella amiga, te das cuenta que no es así... algo hace que sigan en ese mundo... espero que
algún día se descubra lo que es.

Suerte chiquilla... ojalá consigas vivir sin necesidad de ver la
vida a través de las drogas... ojalá, seas feliz... Échale el resto.