: PUDOR EMOCIONAL



Le pregunté que cómo se llamaba, no sé, me pareció lo normal después de haber pasado la noche así, con ella. Que por qué se lo pregunto, me dice...¿Porque me acabo de acostar con ella?

Pero no acaba ahí, al rato me suelta: "es difícil a veces romper el hielo y no hay nada mejor que un polvo salvaje para crear ambiente, ¿no?".

Estaba buena pero a mí me estaba empezando a poner nervioso, que si dónde estaban sus bragas, y ya con ellas puestas me dice:"reir, follar, hay muchas formas de hacer que todo sea leve" ¿Leve?, lo que estaba siendo todo era raro de narices.

Que si no está preparada, que si le da vergüenza que la vea vestida...que si vestida y sentada en el salón ya no encuentra palabras con las que seguir tocándome...

Se estaba poniendo muy rarita, le digo que está muy buena, no sé por poner algo de normalidad a la mañana pero ni me escucha, al rato vuelve con otra frasecita: "es extraño pero a veces nos quedamos en blanco, las palabras mienten, los cuerpos tampoco dicen siempre la verdad". Los cuerpos no sé lo que dicen pero su boca no dejaba de decir gilipolleces, yo ya no podía más. Le pregunté si íbamos a desayunar por ahí, más que nada porque me empezaba a dar miedo tenerla en casa.

_¿Desayunar?_repite ella_¿No crees que vamos demasiado rápido? Apenas hemos follado una noche y ya quieres que hablemos de nosotros ante un curasán y unos cafés. Yo no estoy preparada. ¿Qué crees que soy? ¿Una puta emocional? No te confundas conmigo, yo no soy de esas que se ponen a hablar de a qué se dedican o de cuántos hermanos tienen en la primera cita.

No me digas, tío, que no era rara la tía, pero lo peor es que la he vuelto a llamar, no sé, me da morbo eso del pudor emocional. Ya sabes que nunca me han gustado demasiado las chicas fáciles.

Fuente: http://escribeya.com/Historias/pudor-emocional-683

1 comentario:

Deja tu comentario