MI MUNDO SIN MI

Para Alvariito que hoy ha ido al médico,

y a lo mejor debería haberle acompañado....

De toda la vida, y aunque de un tiempo a esta parte muchos intenten convencerme de que soy normal, he sido un poco rarita. Supongo que intentan convencerme de mi normalidad porque para ellos es mucho más reconfortante pensar que se juntan con gente normal (dime con quién andas..... en fin).

Muchos de los raritos tenemos alguna manía que otra, y yo tengo unas cuantas. Son tonterías... creo que ya las medio conté una vez:

- Cuento las patatas que corto para hacerlas fritas. Esto tiene sus ventajas, porque aparte de que te entretienes, sabes cuando tienes suficientes. Suelo contar 25 por cabeza, claro que... también depende, pero ese es otro tema...

- No soporto que alguien lea una revista antes que yo si quien la ha comprado he sido yo. Se borran las letras y se desenfocan las fotos, no huele igual y las páginas ya no están tan pegadas. No es lo mismo ni de lejos.

- Siempre meto la mano dentro de los calcetines antes de ponérmelos. Puede haber una araña dentro, o algo peor.

Pongo estas tres como ejemplo, porque si me pongo a pensar, seguro que me salen algunas más, y tampoco es plan, que con lo que os voy a contar ahora vais a tener más que suficiente para no volverme a considerar normal nunca más.

Vamos a lo gordo....

Alguna vez os ha subido la adrenalina? Sí, esa sensación que te sube por todo el cuerpo como una ola, que diría La Más Grande, y que te produce un calor nervioso durante unos segundos....?

Pues eso....

Ese subidón me da a veces por un susto, por una emoción, pero sobre todo me da cuando cruzo un semáforo en rojo (síiiii, ya séeee, eso no se hace, pero soy así de transgresora, me gusta vivir al límite!!), o cuando conduciendo me tropiezo con algún espécimen de esos que les ha tocado el carnet de conducir en una tómbola

Y entonces se desencadena todo!

Empieza mi paranoia..... y pienso..... (a ver cómo os lo explico, porque no es fácil).... Pienso:

“Vale, me acaban de atropellar, y me he muerto”. Hay que ver la diferencia entre “me he muerto” y “estoy muerta”.... No pienso “estoy” sino “me he”, porque en realidad sé que no “estoy”.... (Ya se que es complicado, pero haced un esfuerzo...)

Y claro.... una vez que me he muerto... se para todo. Se para el mundo. Se para mi cabeza un segundo en el que pienso cómo será el mundo sin mi. Y ese mundo sigue sin mi en una vida paralela. Un mundo en el que yo ya no existo, y en el que mi gente se pone muy triste.....

Pero como yo sé que no “estoy” muerta, mi vida sigue, y durante ese segundo, consigo saltar a otra dimensión en la que sí estoy viva, porque me he salvado del atropello, y... no pasa nada.

Y los dos mundos siguen en paralelo. Uno conmigo y otro sin mí (seguramente mucho más cuerdo que cuando yo pululo por él).

Hay días especialmente emocionantes, en los que puedo haber muerto y creado otro mundo sin mí varias veces.

Pero aquí sigo.

Y el otro mundo sin mí seguro que no existe....

Y toda esta historia rara la cuento porque Alvariito está agobiado, para decirle que no se agobie, que es mucho más normal de lo que piensa, que quien más y quien menos se ha agobiado en algún momento, pero que los agobios son sólo eso, agobios, que no existen más en la cabeza de algunos seres como nosotros.... especiales (y tengo abuela, conste). Esto es creatividad Alvariito!!! No le des más vueltas! Yo lo soluciono encauzando mi creatividad intentando hacer cosas bonitas, originales... es una necesidad, y aunque no siempre lo consigo, me hace sentir mucho mejor. Cuando hago cosas bonitas, no muero, vivo.

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