| Título de la ENTRADA*: | ¿Cómo se come? |
| Cuerpo de LA ENTRADA*: | <br /> No digerible… difícil de entender, incluso para quien lo escribe. En el supuesto de que viviese eternamente, tengo pleno convencimiento de que nunca acabaré de comprender, a pesar de tener conocimiento de que las personas nos comportamos de manera incomprensible ante algunos hechos que suceden a nuestro alrededor y, que por mucho que vivamos nuestra reacción será siempre la misma, comprendamos o no, estemos hasta el culo de la movida o no, sepamos que por mucho que opinemos del tema, por mucho que intentemos darle un giro a la historia, esta no va a cambiar, entre otras cosas porque las personas de enfrente, las que tendrían que dar el giro en su manera de actuar para que la historia variase algo, no lo harán y, a pesar de este convencimiento, en lugar de pasar, seguimos insistiendo para ver si podemos hacer que algo cambie, cuando sabemos que es imposible… no hay nada que hacer y seguiremos insistiendo ya no sé si por cabezonería o porque en esos momentos creemos que todo es posible aunque estemos convencidos de lo contrario. Todo este embrollo, para decir algo tan simple como que no creo que las personas sean capaces de cambiar los comportamientos verdaderamente inherentes a su persona y, sin embargo, en ocasiones, como esta noche de copas, con las personas que me importan sigo insistiendo y me sigo involucrando en temas que a la larga lo único que me traerá serán problemas, a pesar de mi escepticismo en los cambios. Pura y dura contradicción, no creer en el cambio y, sin embargo insistir en que este debe producirse porque ves el peligro si este no se produce, a sabiendas de que no hay nada que hacer. Las copas no ayudan a pasar del tema y una insiste, quiero decir yo, insisto hasta que el agotamiento me supera, sobre todo al darme cuenta que no hay nada que hacer, cuando enfrente te escuchan,… te dicen amén para no enfadarte,… te dan la razón, pero en sus expresiones estás viendo que van a seguir haciendo lo que les rota, de las misma manera que yo haría. ¿Por qué hago esta reflexión? Solo se me ocurre una explicación… tengo un pedal que ni las bicicletas del tour y, porque no acabo de entender el por qué tenemos esa necesidad de intentar alejar del peligro a esas personas a las que no solo ves al borde del precipicio, si no que las visualizas, ya, precipicio abajo en el convencimiento de que no tienen remedio. Y, por qué una, es decir, yo que salgo a relajarme de terraceo nocturno y acabó metiéndome en lo que no debo… tan sencillo como eso… si no me involucro cuando estoy en plan lúdico festivo, cuando el coñazo de turno me viene a dar el idem, esto no sucede, pero a veces, este coñazo es una persona a la aprecias y, entonces acabas agotada, como ahora estoy yo. Puede que se me haya entendido, puede que no… no tiene la menor importancia… ha servido para aliviar la tensión que me ha producido las dos últimas horas. JULIA |
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