UN BEST SELLER



Esta vez propongo un juego. Si os apetece....
Podemos contar una historia entre todos.

Yo la empiezo y vosotros vais siguiendo en cadena, cada uno en su estilo y hasta donde quiera llegar...
No hay reglas, dejaos llevar, seguid la historia que vaya dejando el autor del post anterior, esto es una carrera de relevos.... y podéis repetir tantas veces como os apetezca.
De aventuras, de espías, romántica, de humor..... como queráis.

Preparados?
Pues podría empezar así:
.......................................

Debo contar un secreto. No lo hago por gusto, lo hago por necesidad. Tengo que contar esta historia. Todo ha pasado como debía ocurrir, y esta es la secuencia de acontecimientos:
Aquella mañana me levanté pronto, me duché, desayuné y me vestí. Luego hice aquella llamada.
Quería llegar cuanto antes a la estación, aunque el tren no salía hasta las diez de la mañana....
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93 comentarios:

  1. ...Tenia los Planos y un comprador.Tenia las intenciones de venderlos y la cartera dispuesta a recibir el dinero.
    Lo que no tenia claro es si lograria subir a ese tren

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  2. pero subí. Llegué con la hora justa como era costumbre en mí, esquivé el tráfico, los semáforos se me pusieron todos en verde como por arte de magia.

    Estaba predestinada a coger ese tren…

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  3. ..y no tenia claro si subiria a ese tren porque sonó el despertador .

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  4. Iba borracho como una cuba, parecía que me había bebido todo el puto infierno, en una huida hacia nunguna parte, sabiendo que jamás encontraría la paz hasta que todo terminase. Y seguía con su foto aún en el bolsillo lleno de mugre de mi vieja chaqueta, medio arrugada, con su pelo rojo metido en las entrañas, buscándola y llorando en cada nuevo fracaso al final de cada callejón lleno de meados de perros sarnosos.

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  5. -¿Se encuentra ustéd bien?.
    La voz de aquella mujer le devolvió a la realidad.
    -Sí, sí, gracias... disculpe, he dejado el maletín en su asiento. Ahora lo quito.
    - ¿Es suya esta foto?, estaba en el suelo.
    - Ah, sí, gracias. Se me ha debido de caer al sentarme.
    - Qué pelirroja tan guapa. ¿Es su mujer?
    Él miró al vacío y sonrió...

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  6. No sabía que contestar

    Perdido y borracho como se hallaba solo alcanzó a balbucear mientras le mintió:

    - No, no la conozco.

    Dolido por la traición y abandonado en su miseria solo alcanzó a coger ese viejo tren que le llevara a ninguna parte. Solo huir, escapar de los recuerdos y olvidarla ponía en su billete.

    - Lo siento

    Le dijo mientras recogía la desgastada foto de entre sus dedos arrancándosela mientras la miraba fijamente con una sonrisa taladrante. Cortada la mujer sin saber que decir solo sonrió mientras ocupó su asiento. El tren se puso en marcha y el compartimento olía extraño a amargura y extrañeza. El silencio se hizo tenso mientras ella pensaba en aquella mujer de la foto, mientras él disimulaba su azoramiento ridículo...

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  7. Aquella mujer del tren era bajita y regordeta. Llevaba un sombrero enorme, tan enorme como su trasero, de tal forma que su silueta era muy parecida a una seta.
    Mientras le devolvía la foto, se sentó al lado del ebrio viajero con los brazos cruzados por encima de sus voluptuosos pechos, suspirando.
    Miró a su compañero de asiento de reojo. No le había contestado a su pregunta.... ¿Quien sería la pelirroja de la foto?... Desde luego, olía a licor barato... no sabía si lo podría soportar.... ¿quién sería la pelirroja?.... ¿qué llevaba en el mugriento maletín?.... Si se bajaba antes que ella, ella nunca sabría cual era su destino.... no sabía si lo podría soportar....
    Ser cotilla en un tren es, desde luego, lo peor que le puede pasar a una.
    Y volvió a mirarle de reojo.

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  8. De golpe, el ebrio se levantó de su asiento y comenzó a andar.
    El hombre padecía una evidente cojera que sumada a su embriaguez (embriaguez que no le había abandonado desde tiempos que ni siquiera él recordaba) le hacia ir de lado a lado.

    De repente, el hombre misterioso se detuvo, abrió el mugriento maletín en el que guardaba..... lo que a mí me parecieron folios escritos, muuuchos folios escritos, sacó la foto de la pelirroja y al mirarla no pudo contener las lágrimas, era evidente que había algo que le atormentaba

    Y así, llorando desapareció de mi ángulo de visión confundiéndose al alejarse con aquel larguísimo y lúgubre pasillo.

    O tal vez.........con su propia oscuridad.

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  9. Eran cartas que durante años recibió; ella nunca le olvidó aún sabiendo el daño que le había hecho. Aquella noche le marcó para toda su vida y le empujó a la huida. Aún así no había dejado de pensar en ella ni un solo minuto, ni un solo segundo. La odiaba con la misma intensidad que la seguía queriendo. Un día volvió, pero ya no estaba.

    Había perdido su rastro. Solo tenía las cartas y de entre ellas su foto. Siempre las leía buscando alguna pista, alguna dirección, algún nombre.....hasta que hace unos días recibió una sospechosa llamada de teléfono, un desconocido le había dejado ese número, y ahora, estaba en ese tren como le habían dicho que hiciera.

    No sabía hacia donde se dirigía, ni sabía lo que se iba a encontrar, solo lo cogió...pensaba mientras miraba por la ventanilla

    De repente, se abrió la puerta del compartimento...

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  10. Me había quedado ligeramente dormido y al abrir los ojos, noto estupefacto, como mi vagón del AVE se había convertido en un departamento, de aquellos trenes que recordaba haber visto en las películas de principios del siglo XX, en Inglaterra. Lo único que continuaba exactamente igual era el misterioso maletín rojo, en este momento sobre la mesita pegada a la ventanilla.

    Sin darme tiempo a reaccionar, noto que el tren está entrando en una estación similar a las de 1900…

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  11. Contemplo a través del cristal como en el andén, un buen número de personas, vestidas con ropas que corresponden, claramente, a otro momento de la historia, se despiden de otras o comienzan a hablar con las que asomaban, saludando desde las ventanillas.

    Poco a poco los pasajeros que descendían del tren en esa estación, para mi completamente desconocida, fueron bajando al andén para dejar paso a las que se incorporaban al mismo.

    Mientras todo esto sucede me pregunto, si alguien abrirá la puerta de mi departamento. ¿Será hombre?, ¿Será mujer? y, en estas ensoñaciones, noto como la manilla de la puerta se mueve, separando las dos puertas y unos pies se posan en el escalón que separa el departamento del andén.

    No puedo evitar sonreír, al observar que se trata de los pies de una mujer... alzo mis ojos y descubro, fascinado el más hermoso y a la vez inquietante rostro de una mujer...

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  12. Y sabía que era ella, cuando recorría todo su cuerpo hasta llegar al rostro,ese rostro bellísimo casi animal que tanto me inquietaba, sus pies eran inconfundíbles, pequeños , perféctos, como los de una mujer del este, nada que ver con el resto de su cuerpo, en ese instante ya no importaba nada, el mundo se había parado..............

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  13. entonces...ella también me miró , y, por su expresión, comprendí que veía más allá de mi imperfecta realidad, veía en mí, lo que en sus sueños más secretos siempre había esperado encontrar, el ser dispuesto a seguirla en sus locuras, sus sueños, sus deseos profundos. Nos sonreímos...

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  14. ella sin ningún asomo de timidez, dándome la seguridad que no tengo, sabiendo que la seguiría .......................

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  15. Un rato antes, cuando el tren paró, se había subido una niña que se sentó con sus pies colgando a un palmo del suelo. Iba acompañada de su abuelo. La niña todavía tenía tres años, pero si le preguntaban la edad siempre respondía que cuatro. Su abuelo había tratado de aleccionarla para no pagar billete. ¿Cuántos años tienes, maja? Preguntó la señora de al lado. La niña abrió la palma entera de su mano derecha mostrando los cinco dedos. Lo que me faltaba, comentó con sorna el abuelo.

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  16. El mundo del que provenía aquella, bella e inquietante mujer, parecía no tener nada que ver con el mundo que rodeaba a la niña y su abuelo. No podía dejar de pensar en ello y sin embargo, intuía que algún nexo de unión había entre estas personas.

    La joven, tan hermosa, tan elegante. Esa elegancia que solía encontrase entre las damas que viajaban en primera clase y que sin embargo nos mostraba una belleza, sin artificios, natural, provocando ese desasosiego en mi.

    El abuelo y la niña, también preciosa, desentonaban con las personas que solían viajar en primer. Sus ropas, de buena calidad, pero muy gastadas, contrastando con la ropa de calidad y buenos modistos que vestía, aquella joven tan elegante. Me preguntaba que sería lo que unía a estas tres personas, algo en mi interior me decía que aún llegando separadas, no estaban por casualidad en ese departamento del tren.

    El tren lentamente comenzó con su traqueteo y poco a poco fuimos dejando atrás la pequeña población en la que nos habíamos detenido para adentrarnos en unos paisajes típicos de la campiña inglesa. Y, de golpe, vuelvo a la realidad… me había subido a un AVE en el año 2011, en Madrid y ahora, aparentemente me encuentro viajando por la campiña inglesa en un tren de principios del siglo XX, acompañado de unas personas vestidas con ropas correspondientes a esa época.

    El miedo me invade…

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  17. Me recliné unos minutos…Tenía la cabeza embotada.
    Allí estaba contemplando lo que había escrito el día anterior. Miraba los papeles buscando una señal. Entonces la ventana que tengo frente a mi escritorio, me devolvió a la realidad. Era la hora de salir.

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  18. Subí a ese tren y recorrí sus pasillos... allí esperaba encontrarme con ella... como en los viejos tiempos.
    Sabía que El volvería a caer, seguía enamorado de ella de su pelo de fuego, de su cuerpo, de su risa... Teníamos que volver a utilizarlo, lo necesitabamos de nuevo.. a El , nuestro Títere... El ministro nos había convencido al fín, Ella la pelirroja era el cebo, yo su "hermanita" la que lo engatusaría...

    24 de marzo de 2011 11:57

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  19. Y ahí estaba yo, en aquel Compartimento pensando en quien seria "el Misterioso Comprador" que me habia citado en ese vagón, ese dia, en ese trayecto.
    La mujer, la niña, el abuelo, ¿quien?

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  20. Me habían citado en el año 2011 y acudían en 1900… estaba aterrado

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  21. El maletín rojo ¿de quién sería? del abuelo, de la bella joven, de la niña...

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  22. Lo primero que debía hacer era encontrarme con el Ministro, nuetro intermediario dijo que lo encontría en el compartimento 214...

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  23. Estaba en el Compartimento 214
    Habia seguido las Instrucciones.
    ¿quien abriria la Puerta?

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  24. Lo peor de viajar en tren es que se dispara la imaginación, pero aquello no era un sueño, era real, el miedo empezaba a atenazarme................

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  25. Y con miedo mi cabeza se bloquea, piensa, piensa con lógica me decía a mi misma.
    ¿ Quien es ese ser extraño con un parche que veo a lo lejos ?................

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  26. Al llegar al compartimento me encontre en la puerta a una muchacha muy bella que me flanqueo el paso.. por un momento me quedé desconcertada. Ella con voz firme se presentó dijo ser la Srta. Pots la secretaria del Ministro...

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  27. Aunque también cabía la posibilidad, de que no fuera ninguno de los tres y que mi misterioso comprador aún estuviera por llegar.

    De pronto, mientras me hallaba ensimismado en mis pensamientos, se abrió la puerta del compartimento, y como un resorte mi mirada se dirigió hacia lo que parecía un deshecho de persona.

    Ebrio, cojo y profundamente triste y hundido, abrió su mugriento maletín, cogió unos folios escritos y arrugados casi tan pringosos como la valija de donde los acababa de sacar.Los miró con una mirada absolutamente perdida y dirigiéndose a mí, me dijo..........................¿Estas preparado?

    En ese momento descubrí que no eran planos lo que ese ser que tenía delante de mí venia a burcar, él, quería otra cosa, el me quería a mí para poder salir de su más absoluto ostracismo.

    Un escalofrio recorrió todo mi cuerpo.

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  28. Decidí que lo mejor sería tomar una tila triple, me dirijía a la cafetería cuando.............

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  29. Mi atención se para en una mujer felina acompañada de un cojo gordo y mucho mayor que ella ..............

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  30. Empecé a ver gente acercandose al compartimento... algo no estaba saliendo como estaba previsto la Srta. Pots me hizo un gesto de que me marchara deprisa y me dirigí rauda a mi compartimento dónde estaba Ella... Estaba sentada con sus ropas oscuras disfrazada de viuda con el velo cubriéndola para que nadie vislumbrara ese pelo tan llamativo... Me miro y con fuego en sus ojos me dijo: Tenemos que pensar un rápido...

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  31. El hombre con el parche en el ojo, puede ser la clave en el cambio de trenes... Es tan mayor que no podían hacer que subiera al AVE, no entendería nada, tnta tecnología, no conocía ni la palabra, tanta minifalda... por eso me trasladaron a su época, principios del siglo XX. Ya lo entiendo, ya no tengo miedo... es todo atrezzo para hacer que este seeñor, propietario del maletín rojo, se encuentre cómodo, se confie y podamos de una puta vez, sustraerle el maletín.

    Le abuelo, niña y joven, son unos actores contratados para que se confie, para que al entrar en unestro compartimento, veaa pasajeros de todo tipo y no recele.

    Por fin, he descubierto que tenían en común, la bella joven, el abuelo, la niña. Padre, madre nieta... los tres faranduleros.

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  32. Quitarle el maletin, oigo gritar... no hay tiempo para disimulos.

    El anciano tuerto, se volvió y con una fuerza poco común y más para su edad, de un empujón, me hizo caer al suelo y abriendo la puerta se pusó a correr como un joven atleta.

    El contenido del maletín va a tener que ver con la energía que presenta ese anciano decrépito en apariencia, pero con una agilidad digna de los veinte años.

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  33. Y justo cuando abrió el maletín la niña lo vió, se quedó mirándolo fijamente, él se dió cuenta que la niña lo habia visto....

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  34. No pudo disimular su desconcierto, el abuelo se percató de su nerviosismo, se quedó mirando fijamente a la niña, mudo, quieto....sin saber que decir. Le temblaban las manos....

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  35. La secretaria se percató de él, sabía que la estaba observando al fondo del pasillo oculto tras el diario, entre la multitud que en ese momento transitaba por el pasillo del tren...

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  36. Con gran temblor, el abuelo, arrancó el maletín y lo arrojó por la ventanilla... El hombre tuerto, dejo escapar un grito que más semejaba un alarido y corriendo se precipitó a abrir la puerta, para saltar, como si fuera un acróbata, fuera del tren.

    Rodo por una pequeña ladera, llena de zarzas, que se le clavaron hasta en el parche, pero como si fuera insensible al dolor se pusó en pie y se dirigió hacia donde había caído el maletin.

    De pasmo en pasmo, no conseguía repornerme de una para presenciar otra. Poco a poco, vi como aquel hombre envuelto en zarzas se perdía de vista, al mismo tiempo que otra figura aparecía en la ladera, otro persona se había tirado y tras ella, la bella joven.

    Dudaba, si seguir en el tren o arrojarme. La chica me atrae, tira de mí y estoy hart de este tren.ç

    Allá voy...

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  37. El grupito que queda fuera del tren se quedan quietos, mirándose unos a otros, sin que nadie tome la iniciativa de que hacer en ese paraje hostíl...........

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  38. Los observaba desde la ventanilla, hasta que se hicieron demasiado pequeñitos y los perdí de vista...............

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  39. De pronto, alguien se percató desde el tren, de lo que estaba ocurriendo fuera, y activó la alarma para que el tren parara...

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  40. Había sido la pequeña, parte muy importante en la trama del maletin. Como n llegaba a la anilla, grito para que su abuelo lo hiciera y este que no ve más que por los ojos de su nietecita, presto, se colgo de la anilla y el tren, haciendo que todos se tambalearan, después de unos bruscos movimientos, se detuvó del todo en aquella, verde, pero desonocida campiña inglesa.

    ¿O no sería la campiña inglea? Nada es lo que parece...

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  41. Y una nube de polvo se acerca, un coche para y se bajan unos hombres muy serios y trajeados, el tren ya está parado, es todo muy confuso, la gente empieza a asomarse por las ventanillas................

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  42. Los hombres trajeados se acercan al tuerto, el lisiado no parece sorprendido.......

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  43. Mientras al otro lado del mundo, o a doscientos metros de la estación, o del tren o de ni se sabe ya, un hombre que no está borracho ni fuma opio, no es misterioso, ni cojo, ni atractivo, ni tiene una vida fabulosa y llena de aventuras que contar, se pregunta por qué los maletines pasan de mugrientos a rojos? por qué el tren ya llega a su destino, vuelve a arrancar y vuelve a llegar al mismo sitio? por qué todos estamos locos? por qué? y le quemaron en la hoguera a dos días de preguntarse las razones..eso sí,aprovechó el fuego de la pira para encenderse un cigarro, porque estaba al aire libre y lejos de un hospital y no le podían multar

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  44. Soñó que llegó corriendo a la estación, y solo le vió alejarse, hacerse cada vez más pequeño mientras hacía sonar su sirena. Había perdido el tren. Recogió la foto pisada del suelo de la estación, y solo observó a un anciano con una niña en el banco debajo del reloj, en el bar una peliroja atractiva con un vestido carmesí, y a lo lejos un hombre con gafas de sol oscuras y sombrero se acercaba leyendo el periódico.

    El silencio y la curiosidad de un perro vagabundo olisqueando el bajo de su pantalón adornaban el desesperante momento. Se alejaba poco a poco, y solo atinaba a verle marchar. Miró su billete y lo estrujó de rabia, pensando en su infortunio.

    Por primera vez en su vida había perdido un tren.

    Desesperado y triste se quedó inmóvil sin saber que hacer, perdido entre la niebla solo acertó a decir sí a aquel borracho que se le acercó ofreciéndole la botella. Cabizbajo y derrotado caminó sin rumbo hacia la ciudad y entró en el primer bar que encontró.

    _ Un whisky doble, por favor.

    En el fondo el escenario con un mago mugriento vestido de negro y plata sacaba chismes de su chistera, apenas unas mesas y solo pudo observar a la mujer regordeta con sombrero rojo adornado con flores mirando atentamente al prestidigitador. Una pareja seria se intercambiaban tímidas miradas y el barman le miraba desconfiado con un pitillo apagado entre sus labios.

    _ Otro, por favor.

    De repente la vió entrar y dirigirse hacia una mesa vacía, era la chica del rojo carmesí de la estación. El camarero se le acercó para retirarse a ponerle un vaso, mientras sacaba de su bolso un pequeño espejo y un pintalabios rojo fucsia que resaltaba la comisura blanca de sus labios. La vió como le miraba a través del pequeño espejo.

    _ Me permite?

    _ Por favor.... asintió la señorita

    _ También perdiste el tren?

    _ No paró. Todos lo perdimos. Le dijo la chica con cara de circunstancias.

    _ Sabes cuando vendrá el siguiente?. Le preguntó angustiado esperando una respuesta esperanzadora.

    _ Era el último.... Y no paró. Todos lo perdimos. No paró.


    Eran las cinco de la mañana, y se despertó de repente, sudando. Dió un brinco y asustado echó mano del vaso de agua que tenía en la mesita. Mirando hacia ambos lados solo acertó a ver la cálida luz de la farola que entre las lamas de la persiana penetraba silenciosa. Se dió cuenta que sus sábanas estaban empapadas y suspiró profundamente.

    Había tenido una pesadilla.

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  45. Soñó que llegó corriendo a la estación, y solo le vió alejarse, hacerse cada vez más pequeño mientras hacía sonar su sirena. Había perdido el tren. Recogió la foto pisada del suelo de la estación, y solo observó a un anciano con una niña en el banco debajo del reloj, en el bar una peliroja atractiva con un vestido carmesí, y a lo lejos un hombre con gafas de sol oscuras y sombrero se acercaba leyendo el periódico. El silencio y la curiosidad de un perro vagabundo olisqueando el bajo de su pantalón adornaban el desesperante momento. Se alejaba poco a poco, y solo atinaba a verle marchar. Miró su billete y lo estrujó de rabia, pensando en su infortunio.

    Por primera vez en su vida había perdido un tren.

    Desesperado y triste se quedó inmóvil sin saber que hacer, perdido entre la niebla solo acertó a decir sí a aquel borracho que se le acercó ofreciéndole la botella. Cabizbajo y derrotado caminó sin rumbo hacia la ciudad y entró en el primer bar que encontró.

    _ Un whisky doble, por favor.

    En el fondo el escenario con un mago mugriento vestido de negro y plata sacaba chismes de su chistera, apenas unas mesas y solo pudo observar a la mujer regordeta con sombrero rojo adornado con flores mirando atentamente al prestidigitador. Una pareja seria se intercambiaban tímidas miradas y el barman le miraba desconfiado con un pitillo apagado entre sus labios.

    _ Otro, por favor.

    De repente la vió entrar y dirigirse hacia una mesa vacía, era la chica del rojo carmesí de la estación. El camarero se le acercó para retirarse a ponerle un vaso, mientras sacaba de su bolso un pequeño espejo y un pintalabios rojo fucsia que resaltaba la comisura blanca de sus labios. La vió como le miraba a través del pequeño espejo.

    _ Me permite?

    _ Por favor.... asintió la señorita

    _ También perdiste el tren?

    _ No paró. Todos lo perdimos. Le dijo la chica con cara de circunstancias.

    _ Sabes cuando vendrá el siguiente?. Le preguntó angustiado esperando una respuesta esperanzadora.

    _ Era el último.... Y no paró. Todos lo perdimos. No paró.


    Eran las cinco de la mañana, y se despertó de repente, sudando. Dió un brinco y asustado echó mano del vaso de agua que tenía en la mesita. Mirando hacia ambos lados solo acertó a ver la cálida luz de la farola que entre las lamas de la persiana penetraba silenciosa. Se dió cuenta que sus sábanas estaban empapadas y suspiró profundamente.

    Había tenido una pesadilla.

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  46. Soñó que llegó corriendo a la estación, y solo le vió alejarse, hacerse cada vez más pequeño mientras hacía sonar su sirena. Había perdido el tren. Recogió la foto pisada del suelo de la estación, y solo observó a un anciano con una niña en el banco debajo del reloj, en el bar una peliroja atractiva con un vestido carmesí, y a lo lejos un hombre con gafas de sol oscuras y sombrero se acercaba leyendo el periódico. El silencio y la curiosidad de un perro vagabundo olisqueando el bajo de su pantalón adornaban el desesperante momento. Se alejaba poco a poco, y solo atinaba a verle marchar. Miró su billete y lo estrujó de rabia, pensando en su infortunio.

    Por primera vez en su vida había perdido un tren.

    Desesperado y triste se quedó inmóvil sin saber que hacer, perdido entre la niebla solo acertó a decir sí a aquel borracho que se le acercó ofreciéndole la botella. Cabizbajo y derrotado caminó sin rumbo hacia la ciudad y entró en el primer bar que encontró.

    _ Un whisky doble, por favor.

    En el fondo el escenario con un mago mugriento vestido de negro y plata sacaba chismes de su chistera, apenas unas mesas y solo pudo observar a la mujer regordeta con sombrero rojo adornado con flores mirando atentamente al prestidigitador. Una pareja seria se intercambiaban tímidas miradas y el barman le miraba desconfiado con un pitillo apagado entre sus labios.

    _ Otro, por favor.

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  47. De repente la vió entrar y dirigirse hacia una mesa vacía, era la chica del rojo carmesí de la estación. El camarero se le acercó para retirarse a ponerle un vaso, mientras sacaba de su bolso un pequeño espejo y un pintalabios rojo fucsia que resaltaba la comisura blanca de sus labios. La vió como le miraba a través del pequeño espejo.

    _ Me permite?

    _ Por favor.... asintió la señorita

    _ También perdiste el tren?

    _ No paró. Todos lo perdimos. Le dijo la chica con cara de circunstancias.

    _ Sabes cuando vendrá el siguiente?. Le preguntó angustiado esperando una respuesta esperanzadora.

    _ Era el último.... Y no paró. Todos lo perdimos. No paró.


    Eran las cinco de la mañana, y se despertó de repente, sudando. Dió un brinco y asustado echó mano del vaso de agua que tenía en la mesita. Mirando hacia ambos lados solo acertó a ver la cálida luz de la farola que entre las lamas de la persiana penetraba silenciosa. Se dió cuenta que sus sábanas estaban empapadas y suspiró profundamente.

    Había tenido una pesadilla.

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  48. El sudor se había secado en su cuerpo y estaba helado.

    Tenía frío, mucho frío

    Miró el maletín con los planos que había depositado la noche anterior sobre su escritorio para asegurarse que seguía allí.

    Un pellizco encogió su corazón al comprobar que se encontraba abierto y los planos empapelaban todo el suelo de la habitación.

    Un olor nauseabundo a alcohol mezclado con tabaco penetró por su delicada pituitaria, causandole una desagradable arcada.

    En el silencio de la estancia, de súbito, percibió un sonido que se asemejaba a un balanceo. Entonces........... lo vió.

    El ebrio cojo estaba contemplándolo atentamente y al percatarse éste de que lo miraba fijamente, le preguntó.

    ¿Estás preparado?

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  49. .....Aún con el corazón agitado, se levantó de la cama, encendió un cigarrillo, y salió a la terraza...Estaba recien estrenada la primavera y la madrugada, todavía, era una noche, cuajada de estrellas, con la luna llena, más llena jamás contemplada....Entonces, apoyó sus brazos en la baranda, mientras respiraba profundamente, intentado que la paz y la tranquilidad del paisaje, serenaran su alma...

    Y así estuvo un buen rato, hasta que, a lo lejos, divisó una luz muy potente , cada vez más cercana, y escuchó el silbido característico del tren que se acercaba... ese tren que, todas las mañanas, a las siete en punto, hacía su primera salida, hacia diferentes destinos, desde la estación cercana a su casa,....

    Y, entonces, recordó su sueño, y su desazón, pensando que había perdido el último tren que le quedaba... Y sonrió tranquilo, al darse cuenta de que si, en verdad, alguna vez perdiera su tren, éste no sería el último....sólo habría de tener paciencia y esperar al primero de la mañana siguiente...

    Una vez apurado su cigarro, recordó que en la habitación estaba esperándole "el cojo", que había aparecido de repente..., Así que, regresó a donde éste estaba, y con su voz aguardentosa le dijo: "Tío, coge el puto maletín y véte..."

    Y se quedó de nuevo sólo...., aunque al mirar en su reloj, la hora, se vistió apresuradamente, y salió de casa corriendo....Faltaban 15 minutos para que saliera el tren de las siete....., y esta vez, no iba a perderlo...

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  50. Notas de autor:

    No le va a poner nadie al puto tren alguna bomba cuando pase por su ventana????????

    Por aqui, sacándolos del tren, por allá metiéndolos en el tren...

    putotren.

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  51. http://www.youtube.com/watch?v=M6ECvGLoXvc&feature=related

    :))

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  52. Cuando abrió la puerta apresuradamente para dirigirse a la estación, se dió de bruces con el cojo que se había quedado fuera esperándolo.

    No quiero el puto maletín, sabes lo que quiero, no te vas a deshacer de mí tan fácilmente.

    Entonces, supo que su existencia, iba a estar ligada a la de ese esperpéntico personaje, irremediablemente, durante mucho tiempo.

    No cojeria ese tren, ni ese, ni ninguno en largo tiempo.

    En ilimitado tiempo.

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  53. Su mente empezó a maquinar de alguna forma el modo de escaparse. No podía permitirse el lujo de ser prisionero, tenía que entregar el paquete costase lo que costase. Fijó su mirada en el cuerpo de "El Cojo" empezó a recorrerlo lentamente, empezando por sus ojos algo enrojecidos a causa de los excesos de maría. Seguidamente pasó a su torso, no se podía decir que su cuerpo fuese atlético. Para acabar miró sus piernas, sus problemas en la pierna izquierda eran muy evidentes.

    -No me jodas, ese maletín tiene que estar en la estación - Resopló, y su corazón dio un vuelco, la adrenalina empezaba a aglomerarse en su cuerpo.

    -Que dices gilipollas. Nos vamos a ver al jefe- En ese preciso instante un fuerte puñetazo se estrelló con el esternón del cojo, haciendo que perdiese su más que precario equilibrio. Echó a correr con todas sus fuerzas, bajando las escaleras de dos en dos, no podía evitar sonreír prepotentemente al darse cuenta de que podía vencer a un cojo. Lo que en el fondo le parecía triste. Salió del edificio con el corazón latiendo a gran velocidad.

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  54. Corrió sin mirar atrás calle abajo con todas sus fuerzas, se sentía vigilado y perseguido... cuando se dió cuenta que en la mesita habia dejado olvidada la foto.

    La foto era importante, era la clave de todo, tenia que volver, pensó.... era arriesgado, intuía que el cojo no estaría solo y habria dado la voz de alarma.

    Cuando volvió el cojo ya la tenia en su poder; en una mano la foto y en la otra el encendedor...

    No podia huir sin esa foto, era importante, sabía que sin ella su plan no tenía ningún sentido, necesitaba recuperarla como fuese.....

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  55. Entonces tropezó, con una señal de tráfico y cayó al suelo completamente aturdido.

    Cuando despertó, miró el reloj, eran las nueve, había perdido el tren.

    Delante de él sólo podía ver una cosa;
    la cara de absoluta amargura de aquel personaje siniestro.

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  56. Corría, corría como si la vida se le fuese en esa carrera y así era. El falso cojo, recuperado como por encanto, en un plis, plas, le estaba echando el aliento en el cogote.

    Le dio tiempo a pensar en el anciano acróbata, en el cojo que corría como un recordman de 100 metros lisos, en la niña del tren, sin ser capaz de distinguir lo que era sueño o lo que era real, solo veía como algo tangible, el maletín rojo que había agarrado cuando salio a toda pastilla de la habitación y al que se aferraba para tratar de descubrir que coño pasaba.

    Se estaba quedando sin fuerzas, cuando una mano desconocida tiró con fuerza de él…

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  57. Otra nota de autor

    Please, que alguien abra el maletín o acabarçe encerrada en él y temo que le va a pesar mucho al que va corriendo.

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  58. -Dos veces no- Masculla El Cojo algo dolorido. La foto estaba arrugada en su mano, de modo que tirar de ella sería algo completamente inútil, dado que si no la rompería. Se quedó quieto, como pasmado, esta vez no sabía que hacer. "Click" en ese momento El Cojo encendió el mechero y empezó ha acercarlo a la foto progresivamente, le temblaba el pulso a causa de los calores de la carrera. No podía permitirse el lujo de perder esa foto. Intentó acercarse hacia el dando un paso rápido, pero justo antes de que el lo hiciese recibe un fuerte golpe en la nuca que le deja K.O. Las ultimas cosas que escuchó fueron unas risas fuertes provenientes del cojo y luego una voz de hombre, ruda y grave.

    -¿Así está bien Cojo?- Dijo con esa voz grave, la cual le hacia parecer un poco bobo.

    Se despertó encerrado en una especie de cuchitril de color gris apagado, había algún que otro charco en el suelo y la humedad había desconchado las paredes. Estaba desnudo completamente y atado a una silla por medio de una tosca cuerda de un color amarillento mugroso. Frente a el estaba el Cojo, con un pequeño bisturí en la mano.

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  59. De nuevo pensó que estaria soñando, llevaba dos dias con continuas pesadillas, no se le iban de la cabeza aquellos siniestros personajes, aquella extraña aventura de cojos, maletines y fotos...

    Una noche más en vela, y otra pesadilla que le velaba su sueño.....

    Después de pegarse una ducha, y vestirse elegantemente, salió a tomar café y a leer el periódico...

    No puede ser, exclamó al ver la foto de aquella maravillosa mujer publicada en las páginas de sucesos... Es imposible, pensó, echándose mano a su cartera para compararla con su foto envejecida...

    Era ella.

    Leyó atentamente la crónica del accidente de tráfico y como la policia sospechaba de que pudiese ser provocado. Nervioso y alterado se dispuso a coger un taxi...

    Después de darle la dirección, y tras veinte minutos de carrera por las transitadas calles de la gran manzana, llegó a una extraña casa a las afueras de la ciudad. Parecía cerrada y abandonada. Solitaria.

    Rompió una de las ventanas laterales, y se dispuso a entrar en ella. El polvo era señal inequívoca de abandono, mientras se dirigía directamente hacia uno de los dormitorios del piso superior, parecia como si conociese la casa....

    Abrió la puerta, y se dirigió hacia la mesita de noche... abrió el cajón, y la encontró.

    Alli estaba la llave, envuelta en ropa interor de mujer...

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  60. Todos los mensajes estaban en el maletín............

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  61. -Por favor,...por favor, ... abra los ojos... despierte... reaccione-

    Escuchaba estas palabras, a la vez que notaba unas manos que con vigor masajeaban mi pecho, más bien golpeaban mi pecho y una boca, se acercaba a la mía, inyectando en mis pulmones el aire que les faltaba. Como soy bastante obediente, dicen que flojillo, sin carácter, le hago caso y al entreabrir los ojos, tosiendo, casi vomitando en la boca que me estaba volviendo a la vida, descubro que esa boca, esos ojos azules, casi violetas, pertenecían a mi bella dama que con cara de preocupación me animaba a volver a la vida y esta se estaba mostrando de nuevo, pues notaba un cosquilleo recorriendo mi cuerpo mi cuerpo, a la vez que comenzaba a ponerme pinocho.

    -Usted…usted- Me atrevo a balbucear

    -si soy yo, ¿que cojones te pasa?, mamón-

    -¿Dónde coño escondiste los mensajes que estaban en el maletín rojo?-

    Una voz áspera contesto y al abrir por completo mis ojos, veo que mi bella dama, no es otro que el señor del parche, aquel anciano arrugado, que se movía con la agilidad de un felino y que con vigor, estaba tratando de reanimarme, sin demasiadas contemplaciones y, yo, en mis ensoñaciones, fruto de mi romanticismo o más bien como consecuencia de la gran trompeta de maría que me estaba fumando, había transformado en mi bella dama.

    A pesar de ello, como mi carácter es débil y me ponen los fuertes, noto como cada vez me pongo más palote…

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  62. Seguí al taxi hasta la casa, al llegar veo un hombre muy curioso a punto de entrar en ella, lleva un cachorro en los brazos y una mochila al hombro, el viento mueve su gabardina, haciéndole parecer un ganster o un hombre del oeste, ¿ Quien era ese extraño personaje?, decidí esperar medio escondida cuando..................

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  63. ..cuando al ponerme las gafas vi que el Cachorro lo era si, pero de mono y el hombre llamaba a Jane.
    Tarzán habia llegado a la Ciudad.

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  64. ..........el lisiado, que por otro lado era un invertido vicioso de toda la vida, eso se descubrió cuando la investigación policial, descubrió al hombre de la mochila y su imaginación se disparó, en ese preciso instante...................

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  65. ¿Dónde coño están los mensajes?-

    Insistía una y otra vez el vejete del parche, mientras yo intentaba besarle.

    -¿qué haces maricón?- dijo mirándome sorprendido.

    Sonrío timidamente, entorno mis ojos y con gran sorpresa noto como duclemente, los labios de aquel anciano, se posan en ls míos, convirtiéndose de nuevo en mi bella dama.

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  66. Tendré que dejar de fumar... o ir al oculista...

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  67. El murmullo era tremendo y la expectación inusitada, la curiosidad reunió a todas aquellas personas alrededor del acantilado donde yacían los dos cuerpos al fondo del todo. Solo las sirenas de la policía rompía atronadoras el murmullo de los vecinos de aquel alejado pueblecito de pescadores.

    Las olas rompían sobre sus cuerpos ensangrentados, nunca habían visto algo así y las especulaciones sobre quien serían aquellos dos forasteros y de que forma había podido ocurrir alimentaban su curiosidad. De entre todos emergía la figura de aquella mujer. Los vecinos la miraban extrañados y se preguntaban si tendría algo que ver, pero su hermetismo era tal que nadie se atrevió a preguntarle excepto un viejo resabiado y curioso....

    Usted no es de aquí, verdad?

    El silencio y una mirada profunda le hizo desistir de seguir preguntándole y de vuelta con sus paisanos todos la miraban de forma incómoda. Se dio media vuelta ante la persistente mirada curiosa de aquella extraña gente y se subió al automóvil.

    En la mano llevaba un extraño maletín. Llovía y su impermeable rojo destacaba entre las oscuras ropas de aquella humilde gente.

    Condujo durante toda la noche sin parar, cansada subió uno a uno los peldaños que le separaban de aquel mugriento apartamento. Se sentó y abrió el maletín.

    Una foto, un billete de tren, y seis folios de texto mecanografiados donde leyó muy despacio todas y cada una de las cláusulas de lo que parecía ser un viejo testamento.

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  68. Y los ojos de esa mujer, a medida que leía, se iban llenando de lágrimas:

    " Dorita de mi vida: si algun día llegara hasta tí este documento, habrá llegado el momento de que sepas quién eres y quién ha velado y velará por tí el resto de tu vida...., porque todo, absolutamente todo lo que tengo, mis posesiones en Brasil, y las mina de oro y diamantes de Johannesburgo, te tienen a tí, como su única destinataria....

    La entrega de este documento, se la confié, antes de morir, a un mercenario que conocí, durante mi estancia en Sudáfrica..., "el cojo", un hombre sin escrúpulos, capaz de vender su propia vida y las de los demás, por un puñado de oro.... Con este documento, le entregué, la foto de una mujer, de labios ardientes, ojos color esmeralda y melena roja, mi querida y adorada esposa, tu abuela DORA...Y un billete de tren simbólico, con destino a Brasilia, para que inmediatamente te pongas en viaje y conozcas la casa familiar, donde se crió tu madre, y tomes como tuyo, todo aquéllo que, desde que naciste, se te negó, por mi culpa.

    Espero que algún día sepas perdonar mi intransigencia, al no consentir reconocer que existías y que eras mi descendencia...así como el dolor que, con ello, causé a tu madre y a tu abuela...Yo te separé de ellas.., recién nacida, y te envié a España, con "el tuerto", para que él se encargara de tu educación y crianza...y a él le he enviado, mes a mes, desde hace veinticinco años, lo suficiente para que tú, en su día, fueras una dama....Si bién, desde hace muchos años, él dejó de contestar a mis cartas...aunque yo seguía ingresando dinero en la cuenta señalada...Debí interesarme entonces...pero yo estaba demasiado preocupado por salvaguardar el "honor" de "mi" casa...

    Sólo espero que "el Cojo", te haya encontrado", y tengas en tu poder el maletín con los principales recuerdos familiares....ésos que te facilitarán recuperar el pasado, y mirar el futuro con esperanza.

    Nunca pude olvidarte, Dorita, guapa.

    Tu abuelo. Gabriel.

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  69. - ¿Era necesario que rompieras el cristal?

    Ni siquiera se sobresaltó al escuchar su voz. Sabía que ella estaría allí. Siempre estab allí.

    - Hola Prima. Bonito parche. ¿Es nuevo?

    Ella lo miró friamente y... se quitó el parche.

    - Nunca sé quién va a venir a asaltar mi casa de madrugada, por eso lo llevo siempre puesto. Pero contigo no es necesario. Por cierto, podrías quitarte también el tuyo. Lo llevas torcido y se te nota que no te hace falta.

    Él sonrió con sorna.

    - Siempre atenta a todo, prima. Si no te importa me quitaré también la máscara y el maquillaje. Me hacen parecer... viejo.

    Ambos se rieron a carcajadas. Ella se acercó al mueble bar y sirvió dos copas. Le acercó una a él.

    - ¿Y bien? ahora que ya tienes la llave, ¿qué crees que abre?.

    - Los dos sabemos lo que abre. Y tú sabes dónde está. ¿Vamos a tener otra agria polémica o esta vez me vas a poner las cosas fáciles?

    - ¿Alguna vez lo he hecho? pero aunque pudiera, no tengo ni idea de dónde está. Alguien tuvo la misma idea que tú hace dos noches. El pobre Jarri no va a dar abasto a cambiar cristales.

    - ¿Aún sigue aquí Jarri? Prima, ¿será posible que tengas algo de corazón?

    - ¿Corazón? ¿qué es eso?. No lo que tengo es un caserón enorme que cada cierto tiempo alguien se empeña en allanar. Jarri es muy útil en estos casos. Y la vieja Margi lo tiene controlado. Es una gruñona pero es una buena ama de llaves y es leal.

    Escucharon el ruido de las sirenas que se alejaban. Él la miró a los ojos. Ella desvió la mirada y se sirvió otra copa mientras se encendía un cigarro.

    - ¿Eran ellos?

    - No.

    - ¿Quiénes, entonces?

    - Haces demasiadas preguntas, primo. Eran unos pobres diablos. A él lo encontré en el callejón que hay a la entrada del pueblo, el que lleva mi nombre. No tenía documentación. Nadie preguntará por un anónimo.

    - ¿Y ella?

    - Ella era nueva en el pueblo. Vino a pedir trabajo. Era pelirroja. Esa fue su desgracia.

    - Entonces, ellos...

    - Siguen vivos... y no sé dónde están

    Él se acomodó el batín y miró a su prima con una mirada entre asqueada y admirada. No sabía cómo era capaz de hacer lo que hacía sin que una sombra de remordimiento asomara a sus duros ojos. Pero la apreciaba. Se habían criado juntos. Y le había salvado el pellejo en más de una ocasión.

    - Será mejor que descanses, primo. Sospecho que vamos a tener unos días muy agitados. Esta casa se va a llenar de visitas. Y debemos actuar como buenos anfitriones. Buenas noches, querido H. Me alegre que estés de vuelta en casa.

    - Buenas noches, prima. Descansa tú también.

    Cuando las luces se apagaron, una sombra recorrió el pasillo. Jarri bajó corriendo a la cocina.

    - Jarri. ¿Qué hacías ahí arriba? ¿cuántas veces te he dicho que no debes espiar las conversaciones de los adultos?

    - Yo sé dónde está.

    La vieja Margi le miró con dureza.

    - Tú no sabes nada. ¿Entendido?

    - Sí, tía.

    - Pues vete a dormir. Mañana tienes que trabajar mucho.

    - Sí, tía. Buenas noches.

    Margi se aseguró de que Jarri estuviera bien dormido antes de bajar al sótano. Sacó el llavero con las llaves maestras y abrió la puerta.

    - Tranquila. Soy yo. Todo irá bien. Yo te protegeré. Siempre lo he hecho.

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  70. Descendió las escaleras del sótano, para encontrarse con una joven, por la descripción semejaba ser la joven descrita en la carta, heredera de una gran fortuna y retenada durante mucho tiempo en aquella casa por el encargado de cuidarla a ella, recibiendo a cambio el dinero que regularmente enviaba su abuelo.

    Margi, sonriendo, abrazó a su chiquilla, ahora convertida en una hermosa mujer, a la que ella había cuidado dentro de aquella prisión como si de su misma hija se tratara, disimulando delante de los carceleros para que no le hicieran daño.

    - sabes que por mucho que lo intenten no lo van a conseguir. Pronto les llegará su hora, ten un poco más de paciencia, todas las cosas comienzan a encajar-

    Dorita, abrazándose, mimosa a su adorada margi, única persona, de las pocas que había visto a lo largo de su vida, que le había dado pruebas de un cariño inmenso, incluso a riesgo de ser descubierta por lo malvados primos del parche, le contesta.

    -No tengo miedo, sé que tú estás a mi lado y nada podrá pasarme. Algún día, cuando recuperemos el lugar que me corresponde, pondremos a esos dos en donde les corresponde y nos dedicaremos a buscar a mi hermanita gemela. Ellos se la ocultaron a mi abuelo, lo mismo que hicieron conmigo, pero tu y yo sabemos que existe. Y la encontraremos.

    Se oyen unos pasos acercándose a la puerta del sótano. Se separan y margi, cambiando el tono de su voz, le increpa a Dorita

    -Niña te he dicho que dejes de gimotear, no te servirá de nada- Mientras tanto le guiñaba un ojo como prueba de complicidad.

    El sonido de los pasos se oye cada vez más lejos…

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  71. pero a ella no le servían los ánimos de margi, demasiado tiempo allí, una rutina que ya no era capaz de soportar. Solo había una solución y no le hacía falta casi nada.
    Tenía la silla y la viga del texo, solo le faltaba la cuerda... su plan era perfecto.

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  72. En la oscuridad abrio los ojos,saco los brazos y hizo un corte de mangas al aire diciendo bajito....si creian que estaba dormido van listos.

    Se levanto de la cama despacio y se dirigio a coger aquella llave que les traia locos a todos...bajo al sotano que estaba en silencio...y allí en un rincon estaba el baul......saco la llave de su bolsillo y lo abrio,dentro habia una bolsa negra,la cogio y se dirigio a un alcon de herramientas,cogio una pala abrio la puerta y salio a la calle con la bolsa en una mano y la pala a la espalda.

    Camino sin rumbo buscando un lugar lejos de aquella casa y aquel pueblo.....y a lo lejos vio algo rojo que se movia....se fue acercando, era un campo de amapolas,y a lo lejos vio unos arboles...a medida que caminaba se iluminaban sus ojos...era el sitio ideal,enteraria la bolsa debajo de aquel membrillo.

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  73. Hizo un agujero profundo,solto la pala y abrio la bolsa,y poco a poco fue tirando en el hoyo.....el parche del tuerto..el baston del cojo...las gafas del abuelo.......

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  74. pi pi pi pi pi.....son las ocho de la mañana, las siete en Canarias, buenos días y bienvenidos a una nueva emisión de su programa de radio matinal....

    Despertó dando un respingo y se incorporó bruscamente en la cama. Por un momento no supo distinguir donde se encontraba. Las imágenes del extraño sueño empezaron a difuminarse, miró el reloj ¿Qué...? ¿las ocho? No es posible, dios santo, me olvidé de poner en hora el despertador, el tren sale en media hora...no puede ser, no puede ser, dios dios dios.....

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  75. Se despertó sobresaltada. Ultimamente le ocurría a menudo. Sabía que tarde o temprano alguien descubriría lo que ocultaba la casa. Y ese era un secreto que ella había jurado guardar hasta la muerte.

    Miró por la ventana. Vio a su primo correr campo a través. Llegaría al campo de amapolas y escondería lo que ella había dejado en el arcón para que él lo encontrara. Debía recordar enviar a Jarri a la mañana siguiente a buscarlo. Se quedaría dormido entre las amapolas y así pasaría varios días. Mejor. Así ella podría hacer lo que tenía que hacer sin que él se diera cuenta de nada.

    La niña tenía que salir de esa casa cuanto antes. Ya no estaba segura allí. La llevaría a la antígua casa de su madre. Nadie la buscaría allí. Hacía mucho tiempo que estaba cerrada y había muy pocas personas con acceso a ella. Y todas eran de confianza.

    Escuchó el ruido de una silla arrastrarse. Pensó que sería Margi. Tenía mal dormir y aprovechaba las noches para limpiar.

    Cuando todo esto acabara la enviaría a un balneario a descansar. Llevaba demasiados años ocupándose de todo. Se merecía un descanso.

    Cuando ya estaba volviendo a coger el sueño un golpe seco la despertó. Salió corriendo de la habitación.

    - ¿Margi? ¿estás bien?

    No se oía nada. Bajó corriendo al sótano. Se la encontró allí, con la puerta abierta. Estaba quieta. Su rostro estaba aterrado.

    - Margi. ¿Qué pasa?

    Le dio un empujón. No pudo sofocar el grito que salió de sus entrañas.

    - Pero... niña... ¿qué has hecho?

    - LLAMA A JARRI... MARGIIIIIIII... LLAMA A JARRI...

    Entró a zancadas a la habitación y se aferró al cuerpo de la chica. Lo alzó como pudo. Miró su cara. Estaba pálida. La miraba. Aún había una posibilidad.

    - Aguanta, niña, aguanta...

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  76. Estos primos, esta margi... como tienen encerrada a la niña, no se han dado cuenta que la niña ha crecido, que la niña ya es una mujer y que la niña es muy lista.

    No había decido suicidarse, no. Lo tenía muy bien calculado, había pensado hasta el último detalle. La deberían encontrar, casi asfixiada, pero no muerta. Preparo la silla, la cuerda, de manera que la asfixiara lo suficiente para asustarlos pero no para matarla. Tuvo muchos años para planearlo, tantos que en la actualidad, esa niña, había dejado de serlo. Se había convertido en una mujer. En una mujer, que se iba a vengar de ellos y que la venganza empezaba hoy. Tenía que conseguir que la sacaran del sótano para `poder llevar a cabo sus planes.

    Ya no se fiaba de margi, ni de sus abrazos. Era una más en la trama, para tenerla resignada, esperando su ayuda para escapar. La querían viva, sin ella no tendrían el dinero, ni el maletín con el secreto que tanto perseguían el falso tuerto, el cojo, la pelirroja.

    El maletín que tantos ansiaban y que yo había visto, en distintas épocas, en distintos lugares, en distintos trenes. La chica del tren, mi bella dama, tenía un gran parecido con Dorita, la heredera universal de aquel aventurero al que nunca le dijeron que no tenía una sola nieta, sino dos.

    Me pregunto, ¿no sería mi bella dama la hermana perdida de Dorita? ¿Qué habría sido de su vida?

    ¿Volveré a soñar, con mi bella dama con Dorita? ¿En alguno de mis sueños se encontrarán las dos hermanas? ¿Conseguirán vengarse del falso tuerto, la falsa tuerta, de margi y de todos aquellos que les robaron su infancia?...

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  77. Cuando la despertó el sonido de la radio, aún mantenía la foto de esa mujer tan bella, entre las manos...Miró al reloj, y al darse cuenta de la hora que era, metió todo en el maletín, cogió el abrigo y su sombrero, y bajó los peldaños de la escalera corriendo...

    Camino de la estación, preguntó a un guardia de la calle, por la estafeta de Correos...Apresuradamente, compró un sobre y, tras meter en él, el testamento y la foto, lo cerró, y escribió por fuera, con letra muy clara, Mss Dora Cortés del Valle, Country Hill.- 5467.-Pensilvania, y lo echó en el buzón..

    Luego, ya en la estación, hizo una llamada de teléfono..."Dorita", dijo nada más ....y, acto seguido, se dirigió hacia el tren, que ya había pitado por tercera vez, anunciando su marcha...,

    Al entrar en su compartimento, se dejó caer en el primer asiento de al lado de la ventana...y mientras veía discurrir el paysaje, no se le iba de la mente, la imagen de su abuela Dora, el nombre de su hermana: Dorita.., y la cara de felicidad de su madre, cuando recibiera la carta....

    Por fín había descubierto que Dorita, su querida hermana desconocida, por la que tanto había oido penar a su madre, existía...no sabía dónde, pero ella se encargaría de buscarla....

    La clave era un nombre " Margi", anotado en un papel arrugado, descubierto en el fondo del maletín, y un número de teléfono, al que, unos minutos antes, ya había llamado...

    Su destino ya estaba marcado...y hacia él se dirigía....

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  78. No se habían percatado de que estaban siendo observados desde el primer momento. Ojos desde la distancia estudiaban cada movimiento de manera calculada y extraían conclusiones desacertadas, quizás la falta de coordinación le produjese cierto desasosiego y se hacía preguntas de las que nunca obtenía respuestas. Todo parecía extraño. Muy extraño.

    Por un momento pensó que todo formaba parte de una estrategia, contradicciones a posta o es que realmente aquel día estaba torpe. Acercamiento brutal a punto de chocar, casi se rozan, pero mantuvo la calma y consiguió permanecer oculta tras la cortina. Seguía observando, y todo le seguía pareciendo realmente extraño.

    Observó con incredulidad como grababa la acción de aquel dia, como salía al campo de amapolas a gritar a los cuatro vientos, quizás quisiera llamar la atención de su primo pero hasta eso parecía extraño puesto que se veían todos los días. Quizás no de la forma que debieran pero se veían. Todo parecía confuso porque se sentían observados pero insistía una y otra vez, tal vez quisiera saber lo que sucedió aquel día, sus noticias eran contradictorias y jamás terminó de creerse a nadie nada de lo que escuchó.

    Pudo sentirse celosa por un momento o tal vez no, pudo abrir los ojos o tal vez no, pudo seguir jugando o tal vez no, pero admitió su error como propio y se lanzó al vacío a ciegas arrastrando todo cuanto se encontró a su camino, hasta que dijo basta. Pero quizás era tarde, o tal vez no. Quiso cerciorarse de si era tarde. Ahora la distancia le inquieta y no se siente cómoda. Por eso no deja de mirar a través de aquellos cristales rotos, por eso reclama la atención continua de su primo que la observa con cariño pero expectante, ciertamente cansado o quizás agobiado, pero receptivo. Todo se produce detrás de las cortinas de quien observa y calla, se deja llevar y espera.

    Su respiración no es alterada sino tranquila, todo le resulta muy extraño, confuso, etéreo..... A veces las fábulas ayudan a camuflar voces que proceden de aquel rincón, visitas inesperadas que agitan la respiración. Es envolvente, parece interesante pero no lo es, solo es extraño. Muy extraño.

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  79. Margi, margi… en su mente se repetía, una y otra vez, ese nombre. La cara de esa mujer, enjuta, de gesto serio que tanto le recordaba al ama de llaves de Manderlich, no dejaba de estar presente.

    Tenía que encontrarla, era la clave, estaba en posesión de tantos secretos y en su fuero interno, algo le decía que tenía mucho más que ver con ellas de lo que a primera vista se podía percibir… esa dedicación en exclusiva a su hermana Dora, tragarse tanto orgullo, y acatar las órdenes de aquellos primos, tan parcheados y tan ilusos al pensar que se iban a salir con la suya.

    Durante tanto tiempo tuvo la sensación de que todo transcurría tan despacio, pero desde la subida a aquel tren, tren de alta velocidad en el año 2011, para encontrarse, sin saber como, en el año 1900, en un tren de principios del sigloXX, tenía la sensación que ahora todo se producía a una velocidad digna de las mejores películas de ciencia ficción…
    ¿Qué estaba sucediendo?... ¿Quién era aquel hombre, tan apuesto, de ojos color aceituna, con gran parecido a Clive Owen que parecía seguirla a todas partes, así como la continua visión de aquel maletín rojo?

    No podía permitirse ninguna distracción, la presencia de este hombre le hacia sentir segura pero también notaba que algo se despertaba dentro de ella, un ligero cosquilleo en su interior le avisaba que, sí no quería complicaciones, no debería bajar la guardia. No podía evitarlo, si el no estaba a la vista, sentía una gran desazón. Lo buscaba, no quería hacerlo. Era inevitable, Elver, se estaba instalando en su vida. Al pensar en él, volvía a sonreír.

    Mabe, así se llamaba la bella dama, se dejaba llevar por sus ensoñaciones y por un momento se sintió feliz, mientras el tren continuaba su marcha.

    En mis sueños, en mi realidad o en lo que estuviera sucediendo, mi bella dama, había notado mi presencia… mabe, Su nombre es mabe y, yo le ayudaré a reunirse con su hermana Dorita… soy el único que puede ayudarle y el primer paso es localizar a Margi. Allí estará, Dorita y en algún momento, llegará, mi adorada.

    En estos pensamientos estaba nuestro enamorado Elver, sin percatarse, allí de pie en el andén de la estación, que este se acercaba a gran velocidad. Poco sospechaba que allí, se iban a encontrar de nuevo y, esta vez, era inevitable que hablasen…

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  80. El encuentro estaba más que programado. No por ellos, sino por dos personajes que por primera vez aparece en escena y que va a tener mucha relevancia en los acontecimientos que están ocurriendo y que sin ellos saberlo, mueven los hilos de nuestros entrañables tuertos.


    Los hilos los mueve, Skee, enigmática mujer y Panta es su brazo ejecutor, utilizando par ello a una serie de personajes que recluta en un barrio marginal o en barrios residenciales de clase alta. No es clasista… utiliza a quien ese momento le parece el idóneo para desempeñar su tarea.

    Lo que no saben, es que en su próxima elección se equivoca de medio a medio. Se cree que va a poder manejar a su antojo a Noni y a Sevi, dos mujeres que pretende introducir en el mundo de las finanzas, para que den el golpe de gracia cuando Dorita sea la heredera de tan gran fortuna y no va a ser así. Estas muejres, no se dejan manejar pr nadie y esto le va a costar muy caro a nuestro ejecutor PANTA y por ende a su amada Skee.

    Elver, ajeno a todo esto, mira como se bajan los pasajeros del tren, esperando el momento para poder subir al mismo. De la misma forma, mabe, sigue recostada en su asiento, disfrutando de sus ensoñaciones en las que una y otra vez aparece Elver.

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  81. - ¿Estás mejor?

    Ya era toda una mujer pero aún tenía la mirada asustada de una niña. Asintió con la cabeza.

    - ¿Por qué has hecho eso? Sabes que con nosotros estás segura. Sabes porqué estás aquí. No podemos dejar que te encuentren. Te harían mucho daño.

    Ella la miró asustada.

    - No te preocupes. Ya lo hemos arreglado todo. Esta noche te sacaremos de aquí y te llevaremos a un lugar más seguro. Tu hermana no podrá encontrarte. No podrá hacerte nada. Nosotros te protegeremos de ella. Ahora, descansa. Y no vuelvas a darnos un susto así. La pobre Margi casi se muere. Y tú... qué susto nos has dado niña...

    La arropó y acarició su pelo para tranquilizarle. Era igual que el de su madre. Pero su obstinación la había heredado de su padre.

    Mientras la chica se dormía ella volvió atrás en su recuerdo. También era de noche cuando él se presentó en su casa:

    - Toma. Cuidadla vosotros. Su abuela no la quiere. Solo quiere a la otra. Esta pobre tiene lo mismo que yo... lo de la pierna. Esa vieja bruja no quiere tener a una tullida en su familia. La otra es perfecta. Pero esta... es igual de bella que su madre pero... Yo no puedo cuidarlas, a ninguna de las tres. Pero a esta sí he podido sacarla de aquél infierno. Con vosotros estará segura. ¿La cuidaréis?

    Ella tomó el pequeño fardo y miró a su primo. Éste asintió y estrechó la mano del cojo.

    - Vete tranquilo. Y no vuelvas a buscarla. Correríamos peligro todos.

    El Cojo echó una última mirada a la pequeña cabecita pelirroja que asomaba por las mantas. Se dio la vuelta y se alejó de aquella casa, lentamente, con los ojos arrasados en lágrimas, arrastrando un maletín rojo y arrugando en la palma de su mano una fotografía.

    Cuando llegó al final del camino se paró a mirarla: una hermosa mujer con el pelo rojo como el de un demonio sujetaba en cada brazo a una niña recién nacida. Una de ellas tenía el pelo del mismo color y sonreía dulcemente... la otra tenía el pelo negro como el carbón y como entrar en una mina de carbón era la impresión que te dejaba en el alma mirar sus peqeños ojos...

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  82. Los primos estaban protegiendo a la niña, a la rica heredera Dorita. Ellos estaban actuando así por el bien de la chiquilla, una mujer en la actualidad, sin saber que la endiablada skee, se las había arrebatado a su pelirroja madre, en el momento de nacer, dejando una en aquella lúgubre mansión y la otra, al cuidado de una rica familia de New York.

    Sin saberlo, al ver a la mujer pelirroja con dos niñas recién nacidas, estaba viendo a la madre de las gemelas, era una visión del pasado, una visión que había olvidado de algo que había presenciada, desde la ventanilla del tren, a su paso cerca de la mansión. Era el momento en que le iban a arrebatar las niñas a aquella madre, a aquella espléndida madre, de la que el cojo, Sena, diputado de la cámara de los lores, estaba perdidamente enamorado. Tan enamorado estaba de Aza que se había infiltrado en la organización que pretendía retener oculta a Dorita, deshaciéndose de la otra dándola en adopción a una rica familia americana.

    Lo que menos se imaginaban eran las oscuras intenciones de la Organización, presidida, al menos aparentemente por skee.

    Por este motivo, mabe, la bella del tren, se encontraba en Inglaterra. Sabía que sus raíces no estaban en Nueva York y unas imágenes la perseguían... un jardín, una niñita y ella, jugando. Las habían separado a los tres años y ese recuerdo volvía una y otra vez. Recordaba una tata, margi.

    Dorita, era pelirroja, como su madre y ella, Mabe, con un pelo negro azabache y los ojos más negros aún, con una mirada que no dejaba indiferente a nadie y muchos menos a mí, al hombre que le ayudará a encontrar a su hermana, a su madre y quien haga falta.

    Elver sumido en sus pensamientos, no se da cuenta y tropieza con alguien

    -Lo siento- se disculpa dejando ver una pequeña sonrisa que se hace inmensa al descubrir con quien había tropezado.

    -No pasa nada, hemos tropezado los dos- En ese momento, con el corazón latiendo más fuerte que la locomotora, descubre que el tropezón, es con el hombre de los ojos color aceituna, con aquel hombre que la mira embelesado, cada vez que se encuentra.

    -Parece que estamos destinados a encontrarnos- se atreve a decir Elver, con el corazón al borde del colapso.

    -Eso parece, sí.- Responde mabe, con una sonrisa y con un brillo en sus ojos, como no había tenido jamás, tratando de disimular su azaramiento.

    -¿Qué le parece, si continuamos lo que queda de viaje juntos?- en un gesto nada habitual en ella, pregunta, temiendo una respuesta negativa…

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  83. Llegó exhausto a la Estación...Había corrido tanto, que, tras comprar el billete, se sentó un rato, para tranquilizarse, tras ver en el reloj, que aún le quedaban cinco minutos para que el tren saliera...Hasta le dió tiempo a encender un cigarro, y exhalar el humo con parsimonia, deleitándose, como cuando,en aquélla casa, se asomaba a la terraza, para contemplar el silencio de la noche...

    Le sacó de su ensimismamiento, el pitido del tren, así que, inmediatamente, se levantó y se dispuso a entrar en el anden, dirigiéndose, con paso ligero, al vagón correspondiente...Ya dentro, el revisor le llevó a su compartimento...en el que, al entrar, pudo observar que iba ocupado por dos personas, un hombre y una mujer, sentados junto a la ventanilla, frente a frente....

    Tras dar los buenos días, se quitó su capote, acomodándose en el asiento, al lado del hombre...., y al sentir que el tren empezaba a andar, cerró los ojos y echó la cabeza para atrás...No tenía ganas de hablar, y en esa postura evitaría que cualquiera de sus compañeros se atreviera a molestarle...
    Y se quedó profundamente dormido...

    Era un hombre maduro, aunque todavía joven, de unos cincuenta y tantos años, alto, de pelo moreno y canoso, con un cuerpo muy atlético...., En esos momentos, parecía tranquilo y feliz....

    Un movimiento extraño del tren, le hizo despertarse y, abrió sus ojos...unos ojos negros como el azabache, grandes, profundos, de mirada serena y, a la vez, cansada y triste....

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  84. Ojos tan negros y profundos como los de aquella niñita que tan grabados se le habían quedado a Sena, el día que la conoció junto a su madre, su adorada Aza y a su hermanita gemela.

    Por que viene a mi mente, mi amada, al ver a este caballero. Esos ojos, de mirada exacta a la de Mabe y el notar en su interior un nudo que le oprimía, el nudo en el estómago que provocan los celos… este hombre, que no paraba de observar a Mabe, sentada enfrente a un joven al que ya había visto en más ocasiones, no debía ser otro que el padre de las niñas… el hombre que hace muchos años había desaparecido, dejando a Aza con dos criaturas, acechada por Skee al frente de la Organización. Este hombre, tenía que ser,… la opresión en el pecho, la angustia y el miedo de perder a la razón de su vida,… tenía que ser el gran amor de Aza, aquel amor, al que aún se aferraba, ya que nunca se creyó que hubiese desaparecido voluntariamente y mucho menos que había muerto.

    Era él, Mulder… desaparecido y dado por muerto por todos, menos por Aza, esa mujer que lo amaba y en lo más recóndito de su ser, seguía esperando su regreso.

    Mulder, con aquella mirada llena de tristeza en la que empezaba a asomar algo de esperanza, sintió que su lucha, su búsqueda estaba dando sus frutos. Su hija Mabe, estaba, ahí, un poco más adelante, en aquel tren...

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  85. Madita, pero qué chulísimo te está quedando esto, dan ganas de cliclar en todo, un día con tiempo vendré a investigar.
    Qué leo aquí arriba... Julia, ¿Mulder con mirada de tristeza? eso nunnnnca ;)

    Un beso Madita, y enhorabuena por el blog.

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  86. No quería acercarse a ella ,después de tanto tiempo, sería revivirlo todo, pero.............

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  87. Todavía no, tengo que esperar acontecimientos antes de hablar, después de tantos años.................

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  88. Su despertar fué como entrar en un nuevo sueño, pero esta vez, tenía los ojos muy abiertos y lo que veía enfrente, no era fruto de su imaginación...La joven que estaba sentada junto a la ventana, se había quitado el sombrero, y su cabello, negro azabache, caía ondulado sobre sus hombros...

    Se fijó en ella, y contempló su perfil delicado, mirando por la ventana, su piel finísima y blanca...., sus manos, muy cuidadas, apoyadas en su regazo.....

    Hasta que, ella, al sentirse observada, giró su cara hacia él, y, entonces fué cuando la mirada de este hombre, esa mirada triste y cansada que se le adivinaba cuando entró, se iluminó, como si, de repente, hubiera vuelto a la vida, y a la juventud de sus veinticinco años...cuando conoció a aquélla mujer, de hermosa cabellera roja y rica heredera, a cuya mansión llegó un día, buscando trabajo, siendo contratado por el padre de ella, para ocuparse de las cuadras....

    Veinticinco años después, tenía enfrente a otra mujer, igual de joven que la que conoció entonces, y con los mismos rasgos y gestos de aquélla....sólo que, mezclados, con los rasgos más sobresalientes de él....

    Sí...., frente a él, tenía a su hija.....ésa niña, a la que no pudo conocer, porque le separaron de ella, por la fuerza, antes de que naciera, y por cuya madre había suspirado siempre, hasta el punto de no dejar escapar esta vez el tren, que, quizá, le llevaría a encontrarse definitivamente con ella....

    La clave era un nombre:" Margi".., y un número de teléfono, escritos, en un papel , dentro de aquél maletín que le entregó a "El cojo", aquél día en aquélla habitación, cuando decidió, que no iba a dejar escapar, el tren que cambiaría el rumbo de su destino para siempre.....

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  89. Lars, permaneció durante un buen rato en las escaleras del porche, después de contemplar como Hell, el anciano del parche, que no era ni anciano ni era tuerto, seguido de su inseparable secretaria, la señorita Pots, pekita en la intimidad y para gusto de Lars, demasiado inseparable, de Margi, la buena Margi y rodeando Dorita, se introducían en un coche que las llevaría a un nuevo destino. Habían decido cambiar de lugar, al descubrir el intento de suicidio de Dorita, sin espechar ni por un momento que eso era lo que ella pretendía.

    Se quedo, allí durante un buen rato, dejando que una suave brisa le removiera su cabello, antaño de color rojo, pero desde que estaba en esa casa de color castaño, con toques caoba.

    A su mente, venían aquellas, imágenes que sin darle demasiada importancia, había observado desde la ventanilla del tren, al pasar al lado de una casa en otra parte del país ,distinta a la que ahora se encontraba… Unas mujer, dos niñitas, recién nacidas, una mujer de cabello rojo, su hermana Aza y un hombre Panta, una mujer Skee a su lado. En aquel momento no se había dado cuenta, pero cuando su hermana Aza y sus niñas desaparecieron, lo tuvo claro… las estaban secuestrando.

    Desde aquel mismo día, las buscó incansablemente para descubrir, que la niña pelirroja esta retenida en aquella mansión, por la Organización y de su hermana y la otra niña no sabía nada.

    Al descubrir, el poder de quien había retenido a su familia, no paró hasta conseguir infiltrarse en la organización, aunque para ello había tenido que desplegar todos sus artes de seducción para que el duro Hell, ese ser que para esconder su identidad se disfrazaba de anciano tuerto pero que, en realidad, era un hombre de un atractivo irresistible. La buena Margi, tata de las niñas, la había puesto sobre la pista, pues ella estaba ya dentro, al cuidado de Dorita.

    Lars, consciente de su poderío físico, no lo dudó un momento y planeo al mínimo detalle como camelarse, al aparentemente repulsivo Hell, aquel vejete que como un acróbata cirquense, había saltado del tren y que de viejo no tenía nada, solo el disfraz.

    Cuando la sofisticada Lars descubrió que era un hombre apuesto, con los ojos de un castaño oscuro, se sintió aliviada. No era la mismo tener que enamorar a aquel viejo apestoso que a un hombre tan interesante como se le presentaba Hell, al observarlo sin disfraz.

    Siguió cada uno de los movimientos de Hell en sus dos facetas, el viejo y también de hell cuando se presentaba al natural, sin disfraces y decidió que la forma de seducirlo, de poder llegar a él, tendría que ser frecuentando el lugar preferido de este, cuando dejaba a un lado sus labores de carcelero. Este lugar no era otro que el club de tenis, de St. Albans, cerca de Londres y cerca del lugar donde estaba, encerrada la niña. Como buena jugadora de tenis que era y sabedora que la ropa para jugar al tenis, cada vez era más sexy, sobre todo con la aparición de la Kurnikova y Sharapoba y que su cuerpo, si algún delito tenía, era cuando no mostrarlo, decidió previo cambio del color de su pelo, hacer su aparicion en el Club de tenis St. Albans…

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  90. N. DE LA R.:

    ¡¡¡¡ SOCOOOORRROOOOOOO!!!!!!!

    :)) :)) :)) :)) :)) :)) :)) :)) :)) :))

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  91. El St. Albans era un lugar elegante y un poco decadente de amplios jardines perfectamente cuidados, en el que se reunía lo más selecto de la alta sociedad.

    Los jardines estaban salpicados de sombrillas y mesas con manteles blancos y perfectamente planchados que invitaban a la reunión amigable, a los encuentros de negocios, o simplemente a sentarse a observar al resto de la concurrencia.

    Los Martinis del Club de Campo eran apreciados por su fiel clientela, entre la que se encontraba, como no, Hellfire von Hellfire und Hell, quien cada día acudía a su cita con el apreciado aperitivo, puntual. A las 12 en punto von Hellfire aparecía en la puerta del bar, perfectamente peinado, con la nariz apuntando al cielo, sus gafas de sol negras, y una mano en el bolsillo, y observaba las mesas del embarcadero.
    Una mirada al camarero bastaba para que el solícito empleado le llevase su copa a la mesa que tenía reservada desde hacía años... Exactamente tres, los mismos durante los que su fiel secretaria Pots se sentaba con un magnate de los negocios en la mesa contigua.
    Pots siempre había sido lista y él lo sabía. Siempre en un segundo plano, pero siempre llevando a cabo con exactitud suiza los planes marcados de antemano con von Hellfire.

    Von Hellfire se sentó en su mesa y miró a Pots. Pots sonrió y se acercó al oído de su canoso acompañante. Susurrando le dijo: “Es él”, y le acompañaron a su mesa.å

    -¿Lo tiene?
    - Lo tengo
    - ¿Lo vale?
    - Cada billete.

    Extendió la Mugrienta Cartera del Cojo

    -Creia que la habia perdido Tuerto
    -La recuperé
    - ¿Que contiene?
    -Lo que queria
    -Entonces esto es suyo

    Y extendio un sobre abultado.

    -No sé por qué se ha entretenido tanto
    -Es largo de contar y daria para un Libro.
    -Uno bueno?
    -Un Best Seller.

    Entonces Pots se acercó al oído de von Hellfire y susurrando de nuevo le dijo:

    - ¿Estamos contentos?

    El, sonriendo, contestó:

    - Lo estamos. Estás lista?
    - Lo estoy.

    Y caminando elegantemente se dirigieron hacia el embarcadero, donde Pots tenía preparado el yate que heredó de su decrépito tio abuelo James, un viejecito encantador que adoraba a Pots desde niña y que murió sin más descendencia que su querida sobrina nieta.

    Una vez en el yate se dieron la vuelta para contemplar por última vez el St. Albans, y brindando pusieron rumbo a donde el destino les llevase.

    THE END

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  92. GRACIAS A TODOS!!!
    Y Gracias a Hell, que me ha ayudado a escribir este fantástico final!!!
    Jajajaja

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